O mejor dicho: pare el lector de libros digitales. Es una de las labores de este verano, en alguna de las cuales he ido haciendo pequeñisimos avances con la máquina de coser. Lo hice en el mes de agosto, con las chicas de Aprendemos Juntas, y el tema era el relax.
En este caso se combinan dos de mis aficiones favoritas que son la lectura y el punto de cruz.
La tela de dentro es acolchada, ya la compre así, que mis habilidades no dan para tanto, con lo mi lector está muy bien protegido, ya que lo llevo casi siempre en el bolso, y así puedo echar mano de el en los cansados trayectos en transporte público.
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